De los datos de la encuesta podemos hacer una primera aproximación de la situación acústica.
Así podemos decir que desde la perspectiva del ciudadano encuestado (59% mujeres y el 41% hombres) con una distribución de formación de un 70 % con estudios de segundo grado de los cuales el 50 % eran universitarios cubriendo ampliamente todo el margen de edad, tiene una percepción de la situación en la que el 65% considera que vive en una calle ruidosa, el 58% está altamente molesto con el ruido, le molesta generalmente por la noche (54%) y normalmente en su vivienda (62%), de la cual el 55% está conforme con sus características acústicas, de todos ellos el 28% ha realizado obras de mejora y sólo el 34% le gustaría cambiar de lugar de residencia.
Sobre la fuente que percibe más molesta es el tráfico (65%), en segundo lugar las actividades de ocio (36%) y en tercero son los vecinos (21%).
El ciudadano de nuestro perfil es poco conocedor de la legislación acústica y sólo el 44% conoce que existe una legislación específica sobre el ruido, a pesar de ello el 82% cree que el Ayuntamiento no aplica correctamente la legislación existente. Se han emprendido diferentes acciones contra el ruido, así el 28% se han quejado al vecino, el 14% ha realizado una queja oficial y el 11% se ha cambiado de residencia. También hemos podido obtener una aproximación de la valoración económica de la situación ante la cual el 90% considera que el Ayuntamiento debería realizar mayor inversión para paliar los problemas del ruido, personalmente el 66% estaría dispuesto a pagar alguna cantidad para resolver el problema y un 32% admitiría un incremento en el precio de su vivienda para tener mejores condiciones acústicas.