Que es el ruido:

Es siempre importante determinar la diferencia entre ruido y sonido:

 

La definición de ruido es todo sonido no deseado, por lo que clasificar algo como ruido depende siempre del receptor. Pongamos por ejemplo el caso de un vecino escuchando música, para él es sonido porque le resulta agradable, pero para el vecino de al lado que también lo escucha debido al elevado volumen no le parece sonido sino ruido, sin embargo el evento que ambos perciben es el mismo.

 

En los siguientes videos se aprecian estas diferencias y se introducen conceptos básicos que es interesante conocer:

 

    


 

Repasando conceptos introducidos en el vídeo:


En primer lugar es importante conocer el origen del ruido o sonido, ya que a pesar de ser conceptualmente cosas diferentes su origen es el mismo:

 

Origen del sonido:

El sonido es producido por la vibración de los cuerpos.

Esta vibración se propaga por el aire, llegando al tímpano del oyente y produciendo por tanto la vibración del mismo. Este movimiento provoca la inicialización de la audición.

 
Audición:

Para conocer la audición y limitación de la misma ha de conocerse el funcionamiento del oído humano.

El sonido, como hemos comentado, llega al oído en forma de onda producida por la vibración de los cuerpos. ésta provoca el movimiento del tímpano que a su vez produce el movimiento de la cadena de huesecillos alojada en el oído medio. Una vez propagado el movimiento por estos huesos llega a la cóclea, elemento fundamental del oído interno, produciendo el movimiento de su liquido interno.

Dentro de la cóclea se encuentran una serie de células capaces de detectar este movimiento y traducirlo en el sentido de la audición. De este modo, el cerebro recibe la señal de haber percibido sonidos, su intensidad, tono o altura….

 

 

 

 

FUNCIONAMIENTO DEL OIDO

 


Características del sonido:

 

El sonido, como toda onda, se encuentra caracterizado por sus cualidades que pueden ser resumidas en:

  • Tono o altura: es la cualidad definida por la frecuencia de la onda y, para entendernos define lo grave o agudo del sonido. Esta magnitud se mide en Hertzios.

  • Volumen: cualidad definida por la intensidad de la onda. Podríamos diferenciar por tanto entre sonidos débiles o fuertes. Esta magnitud se mide en Decibelios.

  • Duración: es el período de tiempo abarcado por un sonido. El tiempo que se extiende la emisión. esta magnitud podríamos medirla en segundos.

  • Timbre: es la cualidad del sonido que permite diferenciar entre las diferentes fuentes. Para entender esto pongamos por caso de ejemplo una partitura musical. Las notas representadas son las mismas para un intérprete de piano que de violín, pero nuestro oído, al percibirlos, es capaz de distinguir los sonidos y determinar que instrumento es el que lo emite. Lo mismo ocurre cuando hablamos por teléfono con una persona conocida, a pesar de no verle, podemos saber de quien se trata por el timbre de su voz.

 

 

Limitaciones del oído y su afección a la audición:

 

Una vez conocidas las características del oído y del sonido cabe preguntarse cómo percibe el oído humano estas características. Es decir, porque diferenciamos entre sonidos graves, débiles… y en que rangos podemos percibirlo.

El oído humano no es capaz de distinguir todos los sonidos, o mejor dicho, no es capaz de captar todas las ondas que circulan por el aire.

El rango máximo entre el que se mueve el oído de una persona es de 20 a 20.000 Hz.

Por debajo de este rango se conocen como infrasonidos y por encima de éstos se encuentran los ultrasonidos.

 

La unidad de medida, es el Hertzio y se define como el inverso del segundo. Es decir, que un sonido cuya frecuencia sea de 1 Hz (como hemos dicho, inaudible para el ser humano) completará una longitud de onda en un segundo.

 

 

 

 

 

 

 

Debido a la exposición continua del oído a estímulos, la capacidad de audición del mismo va decreciendo. Este problema puede ser acrecentado por el maltrato al que sometemos nuestros oídos. A todos nos ha ocurrido el ir a una discoteca y al día siguiente habernos levantado con un pitido muy desagradable.

 

Esto se debe al sobreesfuerzo al que hemos sometido a nuestros oídos la noche anterior. Para protegerse, el oído crea una barrera, haciendo

 

que este sonido no parezca tan fuerte por lo que al dejar de percibir el estímulo tan elevando el resto de sonidos parece más débil de lo normal. Este efecto termina por desaparecer al cabo de unas horas, pero si el sonido tan fuerte se prolongara durante mucho tiempo sus efectos serían permanentes.

 

    Algo parecido ocurre con la frecuencia o tono. El oído humano pierde la capacidad de percibir ciertas frecuencias a lo largo de la vida. Del mismo modo, este efecto puede verse ampliado por una exposición continua a un nivel de sonido elevado.

 

     Pongamos por ejemplo un trabajador de una factoría con un alto nivel de ruido. Si no se toman medidas de protección este individuo verá progresivamente mermada su capacidad auditiva, llegando a afectarle a su vida cotidiana, impidiéndole mantener una conversación normal ya que, como se dijo anteriormente, el oído es más sensible a las frecuencias a las que se produce el habla humana y por tanto es el rango de frecuencias que más rápidamente se ve afectado.

 

 

 

 Variaciones del oído con la edad y otros efectos:

 
    Debido a la exposición continua del oído a estímulos, la capacidad de audición del mismo va decreciendo. Este problema puede ser acrecentado por el maltrato al que sometemos nuestros oídos. A todos nos ha ocurrido el ir a una discoteca y al día siguiente habernos levantado con un pitido muy desagradable. Esto se debe al sobreesfuerzo al que hemos sometido a nuestros oídos la noche anterior. Para protegerse, el oído crea una barrera, haciendo que este sonido no parezca tan fuerte por lo que al dejar de percibir el estímulo tan elevando el resto de sonidos parece más débil de lo normal. Este efecto termina por desaparecer al cabo de unas horas, pero si el sonido tan fuerte se prolongara durante mucho tiempo sus efectos serían permanentes.
  
     Algo parecido ocurre con la frecuencia o tono. El oído humano pierde la capacidad de percibir ciertas frecuencias a lo largo de la vida. Del mismo modo, este efecto puede verse ampliado por una exposición continua a un nivel de sonido elevado. Pongamos por ejemplo un trabajador de una factoría con un alto nivel de ruido. Si no se toman medidas de protección este individuo verá progresivamente mermada su capacidad auditiva, llegando a afectarle a su vida cotidiana, impidiéndole mantener una conversación normal ya que, como se dijo anteriormente, el oído es más sensible a las frecuencias a las que se produce el habla humana y por tanto es el rango de frecuencias que más rápidamente se ve afectado.