Metodología para la gestíon del ruido:
 

   

    La metodología para la gestión del ruido es una filosofía, un modo de trabajo y aprovechamiento de las herramientas y medios a su disposición.

    Se trata de una estructura circular basada en la generación de resultados y reintroducción de los mismos en el sistema. 

 
o   Conocimiento de la situación acústica:
Para la valoración de la situación ha de contarse con las siguientes herramientas:
Mapa de ruido: se define como la representación de una situación acústica existente o pronosticada, en función de un índice de ruido. Esta representación es útil para conocer la situación en cuanto al nivel de ruido existente.
 
Valoración subjetiva del ruido: para conocer la opinión real de la ciudadanía han de incorporarse tanto quejas ciudadanas, conociendo el motivo de la queja. Como, a ser posible, encuestas realizadas a la población con referencia a su valoración sobre la situación acústica.
 
Haciendo uso de estas herramientas se podrá conocer la situación acústica existente. Gracias a tener un conocimiento exhaustivo de la situación se podrán tomar decisiones más efectivas y resolutivas.
 
 
o  Planteamiento de problemas:
 
Una vez conocida la situación de nivel y percepción se requiere el conocimiento tanto de la zonificación acústica como los objetivos de calidad aplicables a cada una.
    
Zonificación acústica: se trata de la división del territorio en la clasificación determinada por la ley 37/2003, o las establecidas por las leyes de las comunidades autónomas, en función del uso predominante del suelo.
   

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Objetivos de calidad: son los límites máximos, establecidos por el RD 1367/2007, permitidos para los índices de ruido. Estos son los propósitos que es establecen para ser cumplidos.
 
Comparando los niveles reales, obtenidos a partir del mapa de ruido, con los objetivos deseables, determinados a partir de estos objetivos zonificados. Determinaremos los problemas de ruido sufridos por el municipio.
 
Por supuesto, los objetivos de calidad pueden ser redefinidos por los ayuntamientos o comunidades autónomas, haciéndolos más estrictos y por tanto pudiendo mejorar aun más la calidad del ambiente.
 
La definición de estas zonas problemáticas se conoce como la resolución de conflictos. Conociendo como conflicto sonoro de nivel: a la superación de los objetivos de calidad establecidos.
 
 
o Establecimiento de estrategias:
 
Una vez conocidos los conflictos de nivel registrados en el municipio así como la opinión de los habitantes del mismo se tienen las herramientas necesarias para establecer las bases para establecer los planes de acción adecuados para la disminución, no solo de los conflictos de nivel, sino también para influir en la percepción ciudadana.
 
Para este fin se han de definir estrategias de actuación que incidan tanto en la solución de problemas o presentación de alternativas y que además sean efectivas en la solución de los problemas del municipio. Para esto resulta interesante la posibilidad de simular las diferentes alternativas mediante modelos de la población para así decidir qué acciones llevar a cabo conociendo el coste-beneficio que implican.
 
Dentro de esta filosofía del círculo de reducción del ruido, estas posibles acciones serán valoradas, comparando las situaciones ficticias generadas por su implantación con la situación que vienen a resolver. De este modo volveríamos al inicio, al paso de “conocimiento de la situación”.
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o  Implantación de acciones:
 
Gracias a este proceso de realimentación se han tomado no solo las decisiones que mejor afronten los problemas de nivel sino también que más resuelvan los problemas del ciudadano. Una vez llegados a este punto se asignarán los recursos técnicos, humanos y materiales requeridos para llevar a cabo los programas de acción proyectados.
Al aplicar acciones a la antigua situación acústica, pasado un tiempo, se presenta una nueva realidad, la producida por las modificaciones planteadas bien en el trazado de los ejes viarios, bien en su pavimentación… Esta nueva realidad ha de ser seguida, controlada y valorada para conocer su efectividad real.
 
 
o  Seguimiento de acciones:
 

El proceso de seguimiento de acciones consta de varias partes, por un lado se trata de un procedimiento de seguimiento y comunicación institucional basado en un sistema de comunicaciones vía mail, especialmente  dedicado para las personas  involucradas en el proceso de reducción del ruido.
Además debido a que en las acciones contra el ruido han de participar diferentes instituciones como son el área de medio ambiente, tráfico, movilidad… resulta interesante no solo el sistema de comunicaciones sino un sistema automático de convocatoria de reuniones y

 

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tratamiento de actas y órdenes del día de las mismas.
Por otra parte en este paso se trata del seguimiento de las acciones implantadas. Esto se hace contando con las mimas herramientas iniciales que se tenían para el análisis de la situación acústica inicial. Esto es:
 
Mapa de ruido: gracias a la existencia de mapas de ruido dinámicos, la nueva realidad acústica será simulada realizando pocas modificaciones en el modelo del municipio. Obteniendo así, de forma rápida y realista un nuevo modelo de la situación acústicas del municipio.
Valoración subjetiva: durante la implantación del nuevo modelo y tránsito a la nueva situación acústica creada se formará una nueva conciencia vecinal que valorará la situación existente.
 
Vemos que se ha cerrado el círculo, un proceso que se retroalimenta y que lleva a una gestión del ruido eficaz en cuanto a recursos, decisiones, implantación y seguimiento de acciones…
 
La herramienta de gestión desarrollada en el municipio de Miranda de Ebro sigue esta filosofía facilitando la implantación de este modelo de trabajo innovador y sobretodo eficaz.